jueves, 16 de junio de 2011

ATAQUES DE PÁNICO

Por Lic. Dino Loup
Psicólogo Clínico

¿QUÉ SON LOS ATAQUES DE PÁNICO?
Son episodios de miedo intenso y de corta duración en la que se produce una hiperactivación psicofisiológica, en los que la persona experimenta sensación de muerte inminente, de perder el control o volverse loco.
Las crisis se inician bruscamente, alcanzan su máxima intensidad en los primeros diez a quince minutos y suelen durar menos de una hora.

¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS?
Estas Crisis (o Ataques) de Pánico, suelen presentar cuatro o más de los siguientes síntomas:
  • Miedo intenso a morir o a estar sufriendo un ataque cardíaco o alguna enfermedad física grave que ponga en riesgo la vida.
  • Miedo intenso a volverse loco o a perder el control de sí mismo.
  • Palpitaciones (percepción del latido cardíaco) o pulsaciones aceleradas (taquicardia).
  • Sudoración.
  • Palidez.
  • Temblores o sacudidas musculares.
  • Sensación de ahogo o falta de aire.
  • Opresión en la garganta o en el pecho (sensación de no poder respirar).
  • Náuseas, vómitos o molestias y dolores abdominales.
  • Inestabilidad, mareos o desmayos.
  • Sensación de irrealidad (sentir al mundo externo como algo extraño).
  • Sensación de no ser uno mismo (despersonalización).  
  • Hormigueos (parestesias).  
  • Escalofríos o sensación de sufrir frío intenso.

¿CÓMO SE INICIAN?
Muchas veces los primeros ataques de pánico se inician sin un motivo aparente, en cualquier momento y lugar sin previo aviso, dejando a la persona desconcertada, sin poder explicarse a sí misma el por qué de la crisis. Otras veces el ataque de pánico aparece cuando la persona se enfrenta a una situación altamente estresante o amenazante para su integridad física o psicológica. Los siguientes episodios de pánico ya se dan por el miedo que despierta el recuerdo de la primera crisis de pánico y la posibilidad de volver a revivirla.
Ante la reacción del miedo, la persona experimenta un síntoma corporal, el cual es interpretado de manera exagerada como una señal catastrófica, la persona piensa: “voy a tener un infarto”, “voy a morir de asfixia”, “me voy a desmayar”, “voy a volverme loco, perder el control”. Estas interpretaciones agravan la sensación de susto, con lo cual se intensifica el síntoma inicial y aparecen otros síntomas corporales asociados al miedo. Comienza así una reacción en cadena y como un círculo vicioso: síntoma---- interpretación catastrófica---- intensificación del síntoma---- reacción de pánico. Los primeros síntoma de pánico suelen estar asociados a un fenómeno fisiológico que se conoce como hiperventilación: se altera la forma y la velocidad de la respiración y si esa reserva extra de oxigeno no se consume durante el episodio, aparecen sensaciones incómodas de taquicardia, mareo, sensación de nudo en la garganta y otros síntomas comunes en el pánico.

CUANDO EL PROBLEMA SE VUELVE UN TRASTORNO…
Los ataques de pánico se convierten en “trastorno por pánico” cuando las personas que sufren ataque de pánico viven con miedo de que las crisis aparezcan en cualquier momento y esto trae un montón de problemas asociados al que la padece. El trastorno se instala cuando la persona empieza a evitar lugares o actividades en los que teme poder sufrir un nuevo ataque de pánico, así la persona se niega a salir de casa, pues tiene miedo de sufrir el ataque en la calle o algún lugar donde no pueda ser socorrida con prontitud. Si la persona sale del hogar, nunca lo hace sola, tiene que ir acompañada aunque sea de un niño que sea capaz de pedir auxilio si ocurre el ataque. Además la persona tiene miedo a frecuentar lugares públicos (agorafobia), se niega a hacer viajes de mediana o larga distancia, suelen perder el trabajo o  se sienten incapacitados de conseguir empleo. Así la persona empieza a aislarse socialmente, vive cada vez más encerrada y asumiendo un estilo de vida sedentario hasta perder su autonomía e independencia. Lo más frecuente es que las personas antes de llegar a consultar con un psicólogo o un psiquiatra, lo hagan con un médico clínico; y si la persona no es derivada con el especialista en salud mental, puede generar una dependencia psicológica a las pastillas tranquilizantes.

TRATAMIENTO
El trastorno por pánico raramente desaparece de manera espontánea, y suele ser crónico, es decir, la persona puede sufrir por años este trastorno antes de consultar con un psicólogo. El tratamiento psicológico de cabecera para este trastorno es la psicoterapia cognitivo-conductual, que en el caso del pánico incluye los siguientes módulos:
ž  Psicoeducación: para que la persona se informe mejor acerca del trastorno, conozca sus mecanismos de activación y mantenimiento, y tenga una visión más realista de las cosas, que sus síntomas no son tan catastróficos como cree.
ž  Técnicas de control de la respiración: para manejar la hiperventilación asociada a los síntomas molestos del pánico.
ž  Técnicas de exposición sensorial interoceptiva y entrenamiento en relajación: que la persona haga ejercicios y actividades programadas para producir de manera controlada esas sensaciones corporales que teme, le pierda el miedo a sus síntomas y aprenda a relajarse.
ž  Restructuración cognitiva: Para corregir esos pensamientos erróneos, catastróficos e irracionales que activan y mantienen el pánico.
ž  Técnicas de exposición in vivo: se trata de programar sesiones de afrontamiento real a las situaciones que la persona teme y suele evitar.

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