jueves, 10 de noviembre de 2011

MITOS Y REALIDADES SOBRE EL SUICIDIO

MITOS Y REALIDADES SOBRE EL SUICIDIO
Por Lic. Dino Loup
Psicólogo Clínico

El suicidio, es una de las acciones humanas más desconcertantes, y sin dudas que cuando la noticia nos toca de cerca, se sacuden nuestras más profundas estructuras existenciales. En esas ocasiones decimos: “esto no debió pasar” y luego nos preguntamos los porqués, nos cuesta entender lo sucedido…

La sociedad busca respuestas psicológicas, sociológicas, médicas, espirituales y hasta políticas y económicas a este fenómeno. En esta búsqueda de respuestas, las fronteras entre los mitos y realidades del suicidio para opinión pública se confunden fácilmente. Además, el hecho de que en las profesiones de salud mental tengamos al método científico a nuestro favor, no garantiza aún la posesión de todas las respuestas sobre el tema. Del suicidio, hay un saber que ya poseemos y hay otro saber que seguimos construyendo, lo que irremediablemente nos obliga a mantener abiertos los espacios de investigación y de reflexión.

Ya no es raro escuchar sobre casos de suicidio tras una ruptura de pareja o de peleas familiares, tras la frustración en algún proyecto de vida o tras una enfermedad física o mental, sin embargo, la explicación es más compleja, lo que aparenta ser la causa de un acto suicida, simplemente puede ser “la gota que colmó el vaso”, antes hubo toda una historia de antecedentes y factores asociados que hay que conocer. El suicidio no es un acontecimiento fortuito ni aislado.  

MITOS Y REALIDADES SOBRE EL SUICIDIO.
Mito 1: Que el que piensa en suicidarse no te va avisar, directamente se va matar. Esto es falso.
Realidad: Se sabe que los que comenten actos suicidas suelen dar una serie de señales verbales y no verbales en los que van anunciando sus intensiones.

Mito 2: Que el que amenaza en suicidarse sólo lo hace para llamar la atención, si lo desafías a que se mate, verás no lo hará. Esto es descabelladamente falso.  
Realidad: Cualquier amenaza suicida debe ser tomada en serio. Si se lo incita a que se haga daño supuestamente para “desarmar sus intenciones”, podría ocurrir una tragedia, como ya han sucedido muchas veces.
 
Mita 3: Que el que se suicida es un cobarde que no se anima a enfrentar los problemas de la vida. O creer lo contrario, que es valiente para animarse a hacer lo que muchos desearían hacerlo pero por miedo no se animan. Esto es una falacia mayúscula.  
Realidad: El suicidio no es una cuestión de cobardía ni de valentía. La persona suicida es alguien que está atravesando una crisis, sufre un estrechamiento en su capacidad de visualizar alternativas de solución  a sus problemas acompañado de un intenso dolor emocional.

Mito 4: Que si alguien ya intentó suicidarse una vez y fracasó en el intento, del susto y la vergüenza ya no lo hará de nuevo. Esto es ingenuamente falso.
Realidad: Se sabe que la personas intentaron una vez, pueden volver a hacerlo si no aprenden a resolver sus problemas y a manejar sus conflictos. Cuánto más intentos hay, mayor es el riesgo real de suicidio, siendo los siguientes intentos más violentos y contundentes.

Mita 5: Que el que intenta suicidarse verdaderamente ya no quiere saber nada de la vida. Una vez más es falso.
Realidad: se sabe que el que piensa en suicidarse tiene una actitud ambivalente ante la vida, por un lado quiere morir, pero por otro lado desea desesperadamente que alguien le salve. Más que ganas de morir, el que intenta suicidarse busca evadirse de sus problemas abrumadores y del dolor emocional insoportable. Es muy común en ellos la fantasía de querer caer en un profundo sueño para olvidar o no sentir, y luego despertar con todos sus problemas resueltos.  

Mito 6: Creer que sólo los depresivos se suicidan.
La depresión suele ser la causa principal del suicidio pero no la única. También hay datos de suicidios en adictos a las drogas, trastorno bipolar, trastornos obsesivos compulsivos muy severos, gente con personalidad muy impulsiva, durante episodios psicóticos y otras situaciones de crisis. 

SEÑALES A TENER EN CUENTA:
El suicidio se puede evitar. Para ello es importante conocer y estar alerta a las señales.
1-    Humor depresivo o irritable.
2-    Inquietud y agitación.
3-    Cambios bruscos de hábitos: sueño alterado, cambio de apetito, aislamiento, incumplimiento escolar o laboral, cambio de rutinas habituales.
4-    Quejarse constantemente de la vida, de su mala suerte o sobre un futuro desesperanzador. 
5-    Empezar hacer comentarios sobre la muerte o el suicidio.
6-    Conductas agresivas y autoagresivas.
7-    Abuso de alcohol, de pastillas tranquilizantes e incluso comenzar a consumir drogas ilegales.
8-    Regalar objetos personales de importante valor afectivo.
9-    Ocuparse en “arreglar” asuntos inconclusos, cerrar negocios atrasados y poner en orden temas financieros, jurídicos y herencias.

Si usted observa una o varias estas señales en alguna persona cercana, busque asesoramiento y ayuda a algún profesional de salud mental quien sabrá como orientar el caso…

FACTORES QUE AUMENTAN EL RIESGO REAL DE SUICIDIO:
La suma y combinación de las siguientes condiciones son unos indicadores para evaluar un riesgo inminente de suicidio:
  1. 1-    Si la persona poseer un plan suicida. Esto significa que la persona ha pensado en las condiciones de su muerte y tiene decidido el lugar, la fecha, pensó en el arma o los medios y ya calculó el método para llevarlo a cabo.
  2. 2-    Si ya posee los medios. Esto es que la persona posee el arma, instrumento   o la sustancia letal. La persona está lista esperando el momento.  
  3. 3-    Si ya tuvo intentos previos.
  4. 4-    Si está sola o aislada. 
  5. 5-    Si no desea dejarse ayudar.  


Para recordar: el suicidio se puede evitar, para ello es importante estar suficientemente informado sobre el tema. No dude en acercarse a cualquier servicio de Salud Mental para despejar sus dudas o recibir ayuda. 

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